Publicado originalmente en : La tercera –
Dedicado al arte moderno y contemporáneo, el centro cultural adquirió seis grabados de la artista de 97 años, a través de su familia y Galería Vala. Las piezas forman parte de la serie Made in Spain, hecha en 1965. “Para nosotros es un gran honor”, dice su hija Agna Aguadé.
A los 97 años Roser Bru aún pinta. Aunque su memoria está cada vez más frágil, no pierde su conexión con el arte. Así también recibe nuevos reconocimientos a su trayectoria. En 2018, la Premio Nacional de Artes Plásticas fue distinguida por el Ministerio de Cultura y Deporte de España con la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. En tanto, este 2020 la Generalitat de Cataluña le otorgó la Cruz de Sant Jordi.
Ahora suma un nuevo hito. Roser Bru llegará con su obra al Museo Reina Sofía en Madrid, que adquirió piezas de su producción gráfica a través de Galería Vala y su familia.
Se trata de seis grabados ejecutados con la técnica de aguafuerte con aguatinta y que forman parte de la serie Made in Spain, hecha por Roser Bru en 1965. Las obras hacen referencia a la situación de la mujer enl momento político y social que vivía España en esa época. Los grabados estaban en manos de la familia de la artista y eran parte del conjunto de obras que han estado sido catalogadas e inventariadas desde que formaron la fundación, en 2018.
“Roser estaba muy impactada porque España en esa época estaba sumamente cerrada”, dice su hija Agna Aguadé. “Era una sociedad más atrasada que el resto de Europa. Entonces empezó a llegar el turismo. España se empezó a transformar y al mismo tiempo la sociedad local completamente volcada al pasado y era muy tradicional. Entonces estas imágenes hacen alusión a esa España”, agrega.
De esta manera, en algunos de los grabados de la serie se pueden ver figuras de mujeres con referencias a los largos vestidos que usaban por esos años o las peticiones de mano que solían realizarse a los padres.
Las gestiones para la exportación de las obras comenzaron a comienzos de 2019, cuando el Museo Reina Sofía envió a la curadora Lola Hinojosa para analizar obras de artistas chilenos que pudieran incorporarse a la colección del museo. “El Reina Sofía estaba buscando obras de artistas relacionados con las vanguardias de los años 50, 60 y 70”, comenta Marcelo Aravena, director de Galería Vala. “Como yo trabajo esa línea editorial les hice una presentación de las obras que teníamos disponibles, tanto de Balmes, Barrios, Bru y otros. La curadora Lola Hinojosa se concentró en la obra de mujeres de esa época”, añade.
Desde el Museo Reina Sofía valoran la obra de Roser Bru y cómo esta se puede incorporar a su colección. “La obra de Roser Bru entra en dos líneas de desarrollo de la Colección del Reina Sofía que nos parece muy relevante: por una parte las mujeres artistas y por otra el exilio. Hemos elegido una pieza que hizo después de un viaje a Barcelona donde quedó muy impactada por la obra de Tapies y otros informalistas españoles, y también una obra que habla de la situación de la mujer en España en esa época. Para nosotros es importante también ver esa lectura de nuestro país desde el exilio”, explica Rosario Peiró, jefa de Colecciones del Museo Reina Sofía.
Las seis obras fueron adquiridas por un valor de 9 mil euros y para Marcelo Aravena significa todo un hito para el arte chileno. “Artistas chilenos que lleguen a museos internacionales no ocurre frecuentemente. Esto abre una brecha para la consideración de la obra de artistas chilenos en otros museos internacionales, por eso es un hito muy relevante, porque pone en valor la obra de artistas chilenos en el contexto internacional”, comenta.
Roser y su vínculo con España
A pesar de que ha pasado la mayor parte de su vida en Chile, no hay que olvidar que Roser Bru nació en Barcelona en 1923. Sin embargo, y como consecuencia de la dictadura de Miguel Primo de Rivera, su familia se exilió en París. Después de cuatro años regresaron a su ciudad natal y Roser Bru comenzó sus estudios en una escuela Montesori y luego en el Instituto-Escuela de la Generalidad.
Ya de adolescente, a los 16 años, Roser Bru llega a Chile a bordo del Winnipeg que zarpó desde Francia con más de 2.000 refugiados españoles. Es acá donde comienza a desarrollar más fuertemente su carrera artística.
Entre 1939 y 1942 Roser Bru estudió pintura en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile. Luego, en 1947 se incorporó al Grupo de Estudiantes Plásticos donde también participaban artistas como José Balmes, Gracia Barrios y Guillermo Núñez.
Sin embargo la relación de Roser Bru con el grabado comienza 10 años más tarde, cuando en 1957 comienza a estudiar en el Taller 99 dirigido por Nemesio Antúnez. El mismo lugar que hoy cuenta con un completo catálogo de su obra como grabadista, y que fue presentado a la curadora del Museo Reina Sofía para la elección de obras.
Publicado originalmente en : La tercera